miércoles, 23 de enero de 2008

Puzzles Rojos

Se sentó a orillas de la calle y enruló su cabello como lo hacía siempre... ¿Será este mi camino o simplemente casualidades? De a poco las piezas encajaban una a una, como un plan divino que no daba brazo a torcer a las atrocidades de la vida cotidiana.

Ninguna tormenta parecía afectar esa rápida máquina que avanzaba a todo motor entre las tinieblas descubriendo siempre rieles cada vez más rectos. Su vida, y él sin saberlo, formaba parte de una sucesión de puzzles infinitos, de cientos de mapas cuyas rutas se cruzaban y enredaban formando la mas perfecta telaraña.

Que el camino venga a tu encuentro, le dijeron y frente a sus ojos el hechizo se cumplió.


1 comentario:

Anónimo dijo...

ja me hiciste acordar a un cuento que queria escribir, sobre una minita que se olvida a ella misma en una estacion de tren y despues de una aventura muy surrealista se pasa a buscar de nuevo