
Ninguna tormenta parecía afectar esa rápida máquina que avanzaba a todo motor entre las tinieblas descubriendo siempre rieles cada vez más rectos. Su vida, y él sin saberlo, formaba parte de una sucesión de puzzles infinitos, de cientos de mapas cuyas rutas se cruzaban y enredaban formando la mas perfecta telaraña.
Que el camino venga a tu encuentro, le dijeron y frente a sus ojos el hechizo se cumplió.
1 comentario:
ja me hiciste acordar a un cuento que queria escribir, sobre una minita que se olvida a ella misma en una estacion de tren y despues de una aventura muy surrealista se pasa a buscar de nuevo
Publicar un comentario