martes, 24 de marzo de 2009

El Espectro

Sentía que el alma se le desfallecía y que él solo se le aparecía como un fantasma para perturbarle el corazón a propósito. Porque, a pesar de los mensajes, aun conservaba el sabor a lo prohibido en los labios y el hambre en el cuerpo. Cuando lo imaginaba se le estrujaban las venas de dolor, no por que lo amara, sino por que él nunca le dio tiempo a dejarse amar.

Sentada, junto a las magnolias, lo observó llegar una y otra vez en su imaginación, pero por mas que el tiempo y sus ancestros siempre le concedieron sus anhelos, su ángel indómito jamás cruzó el umbral. Y se le corretajeo la piel con la lluvia y el sol, y lo aguardó por semanas bajo el árbol de la plaza, pero simplemente él nunca apareció. Ese fantasma, sabía sin duda, atormentarla cuando ella menos lo imaginaba por que a veces, por mas que lo buscara, se desvanecía, convirtiendo su pasion en locura.

1 comentario:

Fabricante dijo...

Y lo seguira haciendo, son los ordenes de la vida, somos asi..