sábado, 29 de diciembre de 2007

FeLiz



Te extraño monitoo!!!! yo se que te vas a embolar pero encontré esta foto tuya en mi mp y me dio muchísima ternura. Te mando unos besotes enormes desde aqui!!

jueves, 27 de diciembre de 2007

La linda

El río, el paisaje y los monigotes extraños se desvanecieron lentamente, como agua que se va por el resumidero. Estaba despertando. El canto de los pájaros y un profundo silencio se mezcló con el tibio sopor y los sueños del atardecer.
Abrí los ojos, confundida, que extraña sensación es la de despertarse sin saber donde uno está, esas confusiones de segundos, creo yo, aportan a la vida algo de misterio y asombro, un toque especial que no llegamos a sentir en nuestra vida cotidiana que es el gusto de vivir.

Pronto recordé, como en una vieja película, algunos cuadros previos al que estaba viviendo. El estrepitoso despertar, la terminal abarrotada de gente, el olor a ómnibus, las tonadas porteñas y por ultimo el barrio verde iluminado por la tenue luz de el fresco día nublado.

Dentro mío miles de asuntos se debaten y se descubren en cada momento, como millones de luces que solo son vistas cuando anochece. La electricidad del aire me anuda el estómago y mi imaginación se prepara para vivir una aventura visceral de un libro prestado, cuyos personajes invaden la realidad lentamente desde las primeras páginas hasta que súbitamente desaparecen al final como fantasmas.

El tiempo aquí es diferente. Las horas pueden ser eternas y solas o segundos abarrotados de pensamientos como laberintos sin fin. A veces me gusta internarme en ellos y descubrir la esencia del tiempo en mi vida, otras decido ignorarlos y ocupar mi mente con alguna información banal y mundana, como “Anatomía quirúrgica y funcional”, designada conductora responsable y cable a tierra en estas semanas.

Es frecuente que el pasado y el futuro intenten mezclarse como el agua y el aceite gracias a esta particularidad de la relación espacio-tiempo. Es difícil controlarlos y mantenerlos a raya, por que a veces olvido que pensé, que soñé y que planifiqué. En esos momentos es mejor no desesperar y dejarlos pasar; como las tempestades, que por más furiosas estén, terminan, tarde o temprano, por apaciguarse.

No sé que me deparara el destino, pero estoy dispuesta a ser instrumento y juguete de los dioses, quienes pienso y espero algún plan me tendrán designado.

Será dejarse llevar por la marea, y estar preparados para lo que sea que nos depare.

lunes, 17 de diciembre de 2007